La gamificación no es algo nuevo, es algo que vino para quedarse y lo hizo de forma tan exitosa y natural que ahora muchos la experimentamos día tras día sin ser conscientes de ello.

La gamificación, del inglés gamification, consiste en utilizar mecánicas típicas de los juegos en entornos no lúdicos para potenciar la motivación, concentración, esfuerzo y fidelización del usuario. La gamificación se ha convertido en una poderosa estrategia de marketing que se ha asentado con tanta naturalidad en nuestro entorno que ya lo consideramos como algo que siempre ha estado ahí, aunque nunca ha sido así.

Una estrategia de gamificación bien elaborada es capaz de pasar de la mera conectividad al engagement, es decir, consigue que los usuarios participen en la actividad de manera totalmente voluntaria y proactiva. Y a pesar de que es una estrategia que lleva años implementándose, ha sido con el auge de los videojuegos cuando los expertos se han empezado a interesar más por la gamificación.

Pero no hay que confundir la gamificación con el advergaming, aunque parezcan primos hermanos. El advergaming consiste en utilizar un videojuego para anunciar marcas o productos concretos recurriendo a anuncios dentro del propio videojuego o a crear un videojuego exclusivamente para esa marca (¿nadie conoce a Pepsiman?). La gamificación no anuncia nada a bombo y platillo, sino que recurre a una serie de estrategias para convertir una experiencia en un juego con el uso de recompensas, rankings, subidas de nivel, etc.

Y en base a esto, tampoco podemos aventurarnos y decir que la gamificación es utilizar un videojuego como reclamo en una campaña concreta, utilizar el lenguaje de los videojuegos en una pieza creativa, product placement,… La gamificación es una experiencia. ¿A qué se recurre, entonces, en la gamificación para fidelizar clientes y motivarlos a actuar? Pues con estos ejemplos lo entenderás enseguida:

  • Starbucks: Starbucks recurre a la sencilla pero efectiva tarjeta de cliente. Esta tarjeta te fideliza como consumidor habitual de la marca y te ofrece recompensas a medida que subes de nivel, cosa que sólo puedes hacer consumiendo sus productos. Cuanto mayor es tu nivel, mejores son las recompensas a las que puedes optar.
  • Nike+: Nike creó una aplicación para móviles con las que hacer un seguimiento de tus carreras. Ya seas un corredor profesional o un principiante que quiere ponerse en forma, esta aplicación te permite seguir tu progreso fácilmente y compartir tus resultados con otros usuarios, lo que despierta un sentimiento de competición amistosa y superación que hace que te esfuerces constantemente por mejorar, ya acabes consiguiendo los resultados fijado y, de paso, Nike genera engagement y logra una mayor fidelización por parte de los usuarios.
  • LinkedIn: ¿Cuántas veces os hemos dicho de optimizar al máximo vuestro perfil para convertiros en una eminencia? Pues esta red, precisamente, utiliza una estrategia típica de la gamificación para motivarte a mejorar. Ya que LinkedIn pretende que completes tu perfil con la máxima información posible, al lado del mismo te indica con un círculo cuán completo está. Cuando más relleno el círculo, mejor es tu perfil; y si no tienes titular profesional, extracto, experiencia, foto, etc., tendrás el círculo completamente vacío y al verlo, seguramente te entren ganas de rellenarlo. Otro método que tiene LinkedIn para motivar a sus usuarios es el SSI, un índice creado por ellos mismos que sirve como indicador de tus esfuerzos comerciales y que, para que aumente, debes completar tu perfil, crear una red de contactos adecuada, interactuar en grupos y compartir contenidos y crear vínculos con otros usuarios. Esto hace que, si quieres que tu indicador SSI suba, tienes que esforzarte en LinkedIn.

Gamificación interna

Pero la gamificación no tiene por qué estar orientada exclusivamente a clientes potenciales, sino que también existe el concepto de gamificación interna, que consiste en emplear esta misma estrategia dentro de una empresa para conseguir que sus empleados estén motivados y contentos, se esfuercen más y la empresa pueda conseguir así empleados productivos y una buena imagen. La gamificación interna aporta constantes beneficios a la empresa que la utiliza, pues con esta estrategia se consigue aumentar la productividad, fomentar la motivación, mejorar la comunicación interna, organizar trabajos en equipo y aumentar el compromiso del empleado para con la empresa. Algunos ejemplos de gamificación interna pueden ser:

  • Google: El referente, sin duda. El poderoso rey de Internet es muy conocido por tener unas instalaciones de ensueño para trabajar. Google motiva a sus empleados con un trabajo exigente que ellos pueden organizar como deseen. Los empleados de Google conocen sus propios límites, cuándo son más y menos productivos y, en base a eso, se organizan de forma totalmente libre. Google consigue así que sus trabajadores estén constantemente motivados, felices y una imagen impecable. ¿Quién no querría trabajar ahí?
  • Correos: Un caso curioso es el de Correos, que a la hora de renovar su página web tuvo que hacer una revisión de la antigua para saber qué mejorar y cómo mejorarlo, y de qué podían prescindir. Para ahorrar costes, Correos decidió seguir una estrategia de gamificación y pedir a sus empleados que revisasen la página antigua y decidiesen qué era relevante y qué no, y enviar sus propuestas de mejora. Dependiendo de los errores y aciertos que encontrasen y de la calidad de sus propuestas, Correos les recompensaba con una puntuación que les hacía competir amistosamente entre ellos. Es así cómo Correos recibió de sus propios empleados, por su propia voluntad, más de cincuenta mil propuestas, y no tuvieron que recurrir a los servicios de ninguna empresa externa.
  • Windows 7 Quality Game: Similar al caso anterior, Microsoft quiso corregir los errores lingüísticos de su sistema operativo Windows 7 pero sin gastar demasiado dinero, que no les sobra. Por ello, crearon un juego a través del cual sus empleados tenían que detectar estos errores para poder corregirlos. De este modo, consiguieron una total implicación de sus trabajadores, que estaban más motivados que nunca.
  • Siemens: ¿Recuerdas el juego Farmville en Facebook? Durante mucho tiempo, recibíamos cada día invitaciones para mejorar en nuestra pequeña granja virtual. Pues Siemens hizo lo propio para que sus empleados se interesasen de forma voluntaria por el funcionamiento de su propia empresa en su totalidad, desde la fabricación de productos hasta el más alto cargo de Siemens. Esto lo consiguieron gracias a Plantville, un juego muy similar a Farmville que servía para que los empleados se conectasen e interactuasen entre ellos a la vez que entendían el funcionamiento de la empresa de la que formaban parte de forma totalmente dinámica y entretenida.

Como ves, la gamificación no es algo nuevo, sino que es una estrategia a la que se ha recurrido durante años, sólo que su auge es cada vez mayor debido, en parte, a esta era tan tecnológica y dinámica. Así que no lo dudes a la hora de darle una oportunidad a la gamificación para motivar a tus empleados o potenciales clientes, ¡notarás los resultados!

 

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