Antes de la crisis (fechada en 2007), se hablaba de unos profesionales muy capacitados pero un sambenito salarial, el mileurismo. Un fenómeno propio de los jóvenes sobradamente preparados pero que, muy a su pesar, sufrían en sus nóminas los pecados de un mercado precario; ahora los derroteros han tomado otro cariz y la presente situación económica, además de barrer con millones de empleos mileuristas, ha servido para echar al mundo laboral a otra especie: los “inframileuristas”.
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Feb
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