Las empresas españolas empiezan el mes de septiembre echándose a las espaldas el IVA de los consumidores españoles. Eso sí, sólo algunas; las que gozan de una salud de hierro y que, además, se han propuesto atenuar el quebranto económico que, según auguran muchos, el incremento de IVA supondrá para el consumidor.
Muchos expertos consideran que nuestro actual estado de bienestar, y en especial su piedra angular y básica, el sistema sanitario, está en la cuerda floja por falta de recursos suficientes. Por ello, es elevadamente irritante y frustrante descubrir que, en España, el coste del fraude fiscal anual es equivalente a la totalidad de presupuesto sanitario de la totalidad del país. Otro dato que deriva del tronco común del fraude: solo las cuotas de IVA dejadas de pagar durante el año 2011 servirían para cubrir ese gasto sanitario en las dos Comunidades Autónomas más importantes: Madrid y Cataluña.
Apenas una semana después de pagarlo, nos parece apropiado hablar del IVA. Esa fuente de constantes quebraderos de cabeza para la pyme.
El más común de todos ellos es el desajuste que supone para las cuentas de la pequeña empresa. Pero, no obstante, queremos adelantaros que, bien gestionado, el flujo de caja del IVA suponer un empujoncito a vuestra tesorería.
